viernes, 2 de diciembre de 2011

Nuestros gestos hablan por nosotros


El lenguaje  verbal constituye una parte fundamental del as interacciones humanas, pero no lo es todo, el lenguaje no verbal también tiene una gran carga comunicativa, y entendemos por este tipo de lenguaje, aquel que se transmite de los gestos,  posturas, tono voz, contacto visual, etc. En torno al 55% de nuestra comunicación se hace mediante este tipo de lenguaje.

Cuando acudimos a una entrevista de trabajo estamos siendo evaluados para ver si realmente nos ajustamos al puesto de trabajo que se nos ofrece, por lo que de la misma manera que medimos nuestras palabras, hay que cuidar y prestar atención al lenguaje no verbal, pero en todo caso, ambos lenguajes deben de contribuir entre sí de tal manera que no exista contradicción entre ellos.

Antes de la prueba, hay que tener claro que la imagen (vestimenta, higiene) constituye lo que denominamos la primera impresión. Una vez en la entrevista ¿dónde nos sentamos y cómo?, la solución está en observar el lugar y la mesa; si nos encontramos con una mesa alargada es mejor sentarse dejando un sitio de margen con el entrevistador, y si es redonda es mejor sentarse cerca de la puerta para no girar la cabeza cuando entren por la puerta, y en todo caso, sentarse correctamente con una postura ni demasiado tensa ni demasiado relajada, lo mejor es posar los pies en el suelo aunque también puedes cruzar las piernas.

Lo más importante, el saludo; tiene que ser un apretón de manos tanto para hombres como mujeres pero este no debe de ser ni demasiado fuerte ni demasiado débil, y hay que mirar siempre a los ojos de la persona a la que estamos saludando.

Durante la entrevista, ser cuidadosos con los gestos porque cada uno de ellos tiene un significado que puede ser interpretado de forma positiva o negativa por la otra persona. Por ejemplo:
Acariciarse el mentón es signo de estar tomando una decisión; entrelazar los dedos es autoridad; los tirones de orejas, juegos con el cabello y morderse las más y los labios son síntoma de inseguridad; y mostrar las palmas de las manos significa sinceridad. También, hay algunas cosas que no debemos hacer como: mirar el reloj o el móvil, cruzar los brazos o posar los codos encima de la mesa y sobre todo, no invadir el espacio del entrevistador.

En definitiva, hay que ser cuidadosos con lo que transmitimos con nuestro cuerpo, es importante causar una primera impresión positiva, porque no tendremos una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión.

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